
Jueves 10 Febrero 2011
Para establecer la relación entre dolor y mirar, investigadores de la University College London aplicaron calor a las manos de voluntarios y dejaron de hacerlo cuando se convirtió en una experiencia demasiado dolorosa para ellos.
Y su conclusión -publicada en la revista científica Psychological Science- es que los voluntarios fueron capaces de tolerar más dolor cuando pudieron ver lo que estaba pasando.
Y su conclusión -publicada en la revista científica Psychological Science- es que los voluntarios fueron capaces de tolerar más dolor cuando pudieron ver lo que estaba pasando.
Los científicos indicaron que una mayor comprensión de cómo el cerebro procesa el dolor podría ayudar al desarrollo de tratamientos.
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