Familiares de un hombre de 81 años se han visto en la necesidad de apresar al anciano en su vivienda a fin de acabar con su adicción.
Este extraño caso ha causado conmoción. El protagonista de la historia es Angelo de Luca, un anciano de 81 años de edad que, tras sufrir un accidente, se convirtió en un adicto al sexo y ha desperdiciado sus ahorros en casas de cita.
El diario inglés The Sun señaló que el anciano estuvo en coma durante cuatro días tras caerse de un árbol de ciruelas que tenía en su casa, ubicada en la localidad de Biasca, en Suiza. Tras la operación, la familia se escandalizó al saber que el hombre, que es viudo, se pasó gastando su dinero en meretrices que bien podían ser sus nietas.
Se dice que en total ha gastado más de 4 mil dólares en un local nocturno cercano a su vivienda. El anciano se ha defendido argumentando que “desde que mi esposa murió hace un año, Leona ha estado allí para mí. No es que ella sea solamente buena en la cama. Ella me da la fuerza y coraje para vivir la vida. Es mi amiga, mi única confidente”, refiriéndose a una de la las chicas del prostíbulo.
La familia del anciano ha demandado al hospital que se encargó de la operación por presunta negligencia médica, ya que creen que en la intervención los médicos alteraron la parte del cerebro que inhibe el deseo sexual.
Autoridades del hospital han asegurado que su personal actuó con profesionalismo y negó cualquier clase de alteración durante la operación al anciano.
El diario inglés The Sun señaló que el anciano estuvo en coma durante cuatro días tras caerse de un árbol de ciruelas que tenía en su casa, ubicada en la localidad de Biasca, en Suiza. Tras la operación, la familia se escandalizó al saber que el hombre, que es viudo, se pasó gastando su dinero en meretrices que bien podían ser sus nietas.
Se dice que en total ha gastado más de 4 mil dólares en un local nocturno cercano a su vivienda. El anciano se ha defendido argumentando que “desde que mi esposa murió hace un año, Leona ha estado allí para mí. No es que ella sea solamente buena en la cama. Ella me da la fuerza y coraje para vivir la vida. Es mi amiga, mi única confidente”, refiriéndose a una de la las chicas del prostíbulo.
La familia del anciano ha demandado al hospital que se encargó de la operación por presunta negligencia médica, ya que creen que en la intervención los médicos alteraron la parte del cerebro que inhibe el deseo sexual.
Autoridades del hospital han asegurado que su personal actuó con profesionalismo y negó cualquier clase de alteración durante la operación al anciano.
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