Seguras y con menos inhibiciones, disfrutan más y quieren tener sexo con más frecuencia.
Las encuestas indican que las mujeres de cuarenta y tantos años tienen el mejor sexo de su vida. ¿Se debe a la autoestima, a las hormonas o a que tienen aventuras?
A los 48 años, Philippa es vivaz, atractiva y disfruta como nunca de su vida sexual. "Es maravilloso", dice. "Si a los 28 me hubieran dicho que esto iba a pasar, nunca lo habría creído". Pero hay algo más. "El sexo es genial, pero no es con mi marido. La verdad es que es el último hombre del planeta con el que querría tener sexo".
Ella no es la única cuarentona que la pasa bien en la cama. Según una encuesta entre 2.000 mujeres de la revista Health Plus en Gran Bretaña, el 77 % dijo que su vida sexual estaba en su apogeo a los 40 y tantos años; el 82 % de ese grupo de edad dijo también que el sexo tenía tanta importancia como siempre.
Otras encuestas lo confirman. Una de ellas, por ejemplo, en los EE.UU. determinó que las mujeres que en su cuarta década quieren tener sexo con más frecuencia que las mujeres más jóvenes.
Jane Polden, una psicoterapeuta que se especializa en mujeres de mediana edad, dice que es algo que escucha una y otra vez. Un dato que confirma la psicóloga de parejas Susan Quilliam, una de las autoras de The New Joy of Sex. "Muchas investigaciones avalan que para las mujeres el sexo mejora a medida que se hacen mayores. Es uno de los grandes secretos de la vida de las mujeres", dijo Quilliam. Aunque la cultura asocia la vida sexual con la juventud, la verdad parece ser que somos las que nos acercamos a la menopausia -las que tenemos canas y una piel algo más flácida- las que estamos en la plenitud sexual.
Polden señala que hay una serie de motivos que lo explican. Uno es que, a esa edad, las mujeres tienden a tener menos inseguridades. "Las mujeres más jóvenes tienen más probabilidades de estar obsesionadas con la apariencia, el peso -dice-. Y esas preocupaciones minan su confianza y les impiden divertirse. Las mujeres mayores son más seguras, no les asusta la intimidad y no tienen miedo de buscar lo que necesitan para sentirse satisfechas".
La inminencia de la menopausia también tiene su importancia. A medida que se acerca, los niveles de las llamadas hormonas "nutritivas" -estrógeno y oxitocina- disminuyen, lo que permite que nuestra testosterona tenga un mayor impacto.
La teoría es que, desde la pubertad, el cuerpo de las mujeres está atento a las necesidades de los demás como el cuidado de los hijos. Pasados los 40, sin embargo, cuando esas hormonas nutritivas disminuyen, muchas mujeres toman conciencia de que durante décadas postergaron sus propias necesidades y las ubicaron en un segundo plano.
"Doris Lessing lo resume muy bien en su libro The Summer Before the Dark (El verano antes de la oscuridad). La protagonista, de cuarenta y tantos años, tiene una aventura y dice que eso le hace tomar conciencia de sí por primera vez desde que tenía trece años. Las hormonas la hicieron sentirse abrumada, controlada (.) y ahora que desaparecen puede darse cuenta de quién es y quién quiere ser", dice Polden.
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