Bogotá, 15 de noviembre del 2005. Una angustiada madre denuncia a su hijo de 16 años ante la Asociación Defensora de Animales y del Ambiente (ADA), por abusar sexualmente de una perrita criolla.
Enero del 2007. Carrera 15 con calle 82. Una empleada doméstica incrimina a su patrón tras varios abusos contra una perra French Poodle. La Policía y el ADA concluyen que el hombre de 40 años, que vive con su madre, satisface sus necesidades con el animal.
Estas son solo algunas de las denuncias sobre abusos sexuales contra animales que se han recibido en Colombia en los últimos años. Solo en Bogotá, según la Asociación, hubo el año pasado 12. Decenas se habrían quedado en el anonimato. La ADA afirma, además, que indigentes y homosexuales utilizan a los perros como damas de compañía.
En el 2007 ya hemos atendido siete casos de abuso, sin contar las denuncias contra 20 establecimientos públicos en los que además de proyectar películas pornográficas con participación de animales, se presta el servicio de arriendo de algunas especies para prácticas sexuales. En la ciudad utilizan cerdos, ovejas, cabras, perros y hasta gallinas para satisfacer a clientes especiales, explicó a EL TIEMPO Elizabeth Salazar, médica veterinaria y miembro de la directiva de la ADA.
La mayoría de los locales que ofrecen el servicio de zoofilia, agrega, están en el barrio Santa Fe, en Bosa y Ciudad Bolívar. Los animales violados que hemos decomi-sado junto con la Policía no vuelven a ser los mismos. Son criaturas agresivas o aisladas, muy nerviosas, que necesitan asistencia. Desgraciadamente en Colombia la legislación es frágil y todos estos delitos se quedan en la impunidad, concluye.
¡Se busca! Esta cruda radiografía que Salazar hace para Colombia sobre la zoofilia, corresponde a la de decenas de países. Los dos ejemplos más recientes están en Estados Unidos y en la India.
En el primero, uno de los delincuentes más buscado en este momento por las autoridades es un hombre acusado de violar y torturar a un perro de raza Jack Russell Terrier.
El cachorro, de un año, fue abandonado en un hospital para animales cerca de Phoenix (Arizona) con varias heridas y quemaduras en las orejas. Después de un riguroso examen físico, los veterinarios que lo asistieron se dieron cuenta de que había sido abusado sexualmente. Hoy, la comisaría del condado de Maricopa ofrece una recompensa de 2.000 dólares (4 millones de pesos) para quien dé información sobre el paradero del infractor.
Casado con una perra En algunas zonas de la India, los animales son sacados de su hábitat natural para formar hogares con seres humanos.
Un hombre de Tamil Nadu, de 33 años, se casó el pasado primero de noviembre con una perra para compensar la culpa de haber asesinado a pedradas a otros dos canes.
Por esa acción me condenaron. Poco a poco perdí la audición y la movilidad de mis piernas, dice P. Selvakumar, que siguió las creencias populares de la India, según las cuales algunos habitantes de las zonas rurales organizan bodas con animales con la esperanza de combatir maldiciones.
Hace 15 años Selvakumar era saludable, pero después de que atacó a los dos perros no pudo volver a moverse con facilidad, señaló un familiar que asistió a la boda. En la fiesta, el novio y los invitados comieron viandas servidas sobre hojas de plátano. El manjar para la novia tenía pan.
Castigos muy leves en Colombia En el país, el abuso sexual de animales no es un delito. Es una contravención con multas que pueden llegar a los 50.000 pesos.
El artículo 4 de la Ley 84 de 1989 afirma que cualquier tipo de maltrato contra los animales será castigado con arresto de uno a tres meses y con multas que van entre 5 mil y 50 mil pesos. Algo que resulta completamente irrisorio y absurdo, dice la presidenta de la Asociación Defensora de Animales y del Ambiente (ADA), Nury Ayala. El problema, según ella, es que además de quedarse corta, la ley no se pone en práctica. Las penas no se aplican cuando el agresor es capturado.
Por eso, en ciudades como Cali ya se han presentado proyectos de ley para que la zoofilia sea elevada a la categoría de delito.
Para ayudar a proteger a los animales y denunciar hechos de abuso y maltrato, no hay que contar con ningún tipo de respaldo jurídico. Solo hay que llamar a las autoridades, que pese a tratarse de una contravención menor, están obligadas a responder las quejas de todos los ciudadanos. Para mayor información, comuníquese con ADA en el teléfono 7041880, de Bogotá.
27 denuncias se han recibido en Bogotá en lo que va del año sobre locales que les alquilan a sus mejores clientes cerdos, ovejas, perros y gallinas para tener sexo
- Publicación
- eltiempo.com
- Sección
- Nación
- Fecha de publicación
- 24 de noviembre de 2007
- Autor
- JOSÉ GIOVANNI MARTÍNEZ