Ya se le conoce como el pueblo más endeudado de España. Con sólo 250 habitantes la localidad de Peleas de Abajo debe más de US$6 millones, US$24.000 por persona, tanto como los griegos. Al ritmo de recaudación saldarían la deuda en 500 años.
Todos los lotes e inmuebles del ayuntamiento han sido embargados excepto la Alcaldía y la Residencia de Ancianos, el elefante blanco del pueblo. Sólo las deudas de la construcción del edificio superan los US$3.600.000.
Roncero forma parte del partido independiente del Pueblo para el Pueblo que asumió la alcaldía el pasado julio después de 32 años de legislaturas dominadas por el Partido Popular (PP), en concreto por los únicos alcaldes que han tenido durante ese tiempo: Josefa Rodríguez y su hijo Marcelo Jurado.“Ni en 500 años vamos a terminar. No hemos podido amortizar nada y los intereses siguen creciendo. No generamos ingresos. Los únicos ingresos que tenemos son €39.000 al año (US$50.000) por tasas como la recogida de basuras. No nos han embargado la alcaldía porque la ley no lo permite”, detalla preocupado a BBC Mundo, Félix Roncero, alcalde del pueblo.
En sendos comunicados ambos políticos desmienten las cifras y rebajan la deuda a unos US$2 millones.
Las facturas que no conocían
La incertidumbre sobrevuela al pequeño pueblo que ha conocido mejoras épocas. En otro tiempo se vendía como el pueblo de la tierra del vino, ahora es difícil encontrar alguna viña y pululan los cultivos y la producción lechera.
“Sabíamos que la situación era dramática pero no esperábamos encontrar lo que encontramos. Hay deudas de hace treinta años que no estaban registradas. Se le debe a los bancos, a Hacienda. Además no se pagaba la seguridad social de los trabajadores”, subraya el alcalde.
La primera consecuencia de la enorme deuda ha sido la reducción de los sueldos y de la plantilla, de por si pequeña. El alcalde y los concejales no cobran, al alguacil le redujeron la jornada y conservan una secretaria, la única para cinco pueblos a la redonda.
Y es que Peleas está dispuesto a dar la pelea para no fracasar como pueblo. Su vecino, Peleas de Arriba, pertenece a otro ayuntamiento, Corrales del Vino, y los de Abajo no quieren terminar siendo gestionados por personas ajenas al pueblo.
Separados por un arroyo, ambos pueblos deben su nombre a las antiguas batallas entre árabes y cristianos que se daban en la zona.
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